He decidido esperar para batirme con la gran ola de Paignton, o “The Wave” como se la conoce en Inglaterra. Todavía no estoy preparado. A pasar el día nos hemos ido a Bantham. Ha resultado una excursión la mar de salada. El verde intenso que nos acompaña en cada curva hace patente la carencia vegetal que padecemos en Madrid. Casi dan ganas de bajarse del cacharro y abrazar a cada vaca que se acerca. Felicitarlas por su buen hacer.
Ya entre las algas he hecho migas con un local. S.
2 comentarios:
Asusta ya en foto, no imagino lo que debe de ser enfrentarse a ella en directo. Miedo del gordo.
Las vaquitas son seres amigables. Abrazad cuantas podais de mi parte. Me encantan!
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