miércoles, 29 de agosto de 2012

Lagareta


No lejos de Alberguería, en el término de Monleón, hubo un asentamiento de lo más visigodo de por aquí. Dejaron curiosas tumbas horadadas en la roca que debían tapar con lajas de pizarra para que no se escapase el muerto. La estructura se repite una y otra vez: dos o tres tumbas y una lagareta bien cerca. Me resulta fácil imaginarme a la familia visigoda pisando la uva en el lagar después de encerrar al difunto para luego beberse las penas y les supiese la nostalgia. S. 

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