En Monleón todos saben que hay una cabra de oro y diamantes tan bien enterrada que se ha perdido, anda y olé. Dicen que sólo los cuernos sirvieron para construir la muralla y el castillo. Claro, que la mano de obra de por entonces no estaba a los precios de hoy. Ahora si te encuentras un jamón igual tienes para un chabolo, casillo o tenada. Poca cosa. A lo peor la tiraron al fondo de las hoyas. S.
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