lunes, 26 de noviembre de 2012

El cacharro en llamas


No serán los inyectores de la Vito los que nos lleven más lejos. Tras el puerto, el desastre. El tufillo a chamusquina y la hoguera improvisada. Tras el mecánico, el desastre. El tufillo a azufre, una perspectiva inabarcable para nuestra economía y la esperanza de que en el cielo de los coches sean más transigentes que en el cielo de los conejos. S.

4 comentarios:

Gárate dijo...

Pues menuda putada...

Ana Luna dijo...

Madre mía, si, qué putadón! Y cómo os vais a mover por allí? A los conejitos qué les ha pasado?

Patricia Remis dijo...

Ostrassssss, y ahí perdidos del mundo, sin taxis, autobuses, metros, líneas,...motos, bicis... ¿qué va a ser de vuestra vida???
Putada, putada, putadísima

Unknown dijo...

Hermosos!

Ni preocuparse. Seguro que si ha pasado tenía que ser así!!

Saldréis de esta y yo, de momento, os felicito por las aventuras que os traerá el suceso.

Entretanto, todos a una a buscar posibes soluciones para vuestra movilidad!

Aquí nos tenéis!!

Besos,

muchos!

Al